En los últimos años, los masturbadores masculinos han dejado de ser un tabú para convertirse en una herramienta clave...
Lejos de ser una moda pasajera, el mindfuck es una técnica arraigada en el juego erótico consensuado, donde los límites del deseo y el autocontrol se difuminan. Y cuando se combina con juguetes sexuales modernos —desde succionadores hasta plugs con control remoto—, se convierte en una experiencia transformadora.