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Cómo mantener la chispa sexual después de los 40

Cómo mantener la chispa sexual después de los 40

A partir de los 40 años es normal que la vida sexual experimente cambios. Los niveles hormonales fluctúan, las rutinas diarias se intensifican y el cuerpo también se transforma. Sin embargo, estos cambios no significan que el deseo o la pasión desaparezcan. Con una actitud positiva y algunas estrategias, es posible mantener la chispa sexual y disfrutar de una relación íntima satisfactoria en esta nueva etapa de la vida.

Entender los cambios en el cuerpo

Al cumplir los 40, tanto mujeres como hombres empiezan a notar variaciones físicas y emocionales que pueden afectar el deseo sexual. En las mujeres, la llegada de la perimenopausia y la menopausia suele conllevar una disminución de estrógenos. Esto puede provocar sequedad vaginal, hacer que las relaciones sean más incómodas y reducir temporalmente el deseo. No obstante, con soluciones simples como el uso de lubricantes o cremas hidratantes específicas, muchas parejas superan estas molestias. Además, practicar ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico (ejercicios de Kegel) mejora la circulación y la respuesta sexual.

En los hombres, es natural que los niveles de testosterona disminuyan gradualmente con la edad. Esto significa que puede haber erecciones un poco más lentas o necesitar más estimulación para excitarse. También es común que los hombres después de los 40 noten una leve reducción en el apetito sexual. Sin embargo, la mayoría de los hombres mantienen interés en la intimidad aún en los 60 o 70 años. Si aparece dificultad para mantener una erección (disfunción eréctil) o una caída marcada del deseo, lo recomendable es consultar a un médico. Allí podrán descartar causas médicas (como diabetes o trastornos hormonales) y proponer tratamientos adecuados si es necesario.

Más allá de los cambios hormonales, el estilo de vida también juega un papel importante. El agotamiento por el trabajo, el cuidado de la familia o las preocupaciones económicas pueden restar energía física y mental. Por eso, comprender que estas transformaciones son normales es el primer paso. Con información y comunicación, se pueden buscar soluciones juntos.

Chispa Sexual

Cuida tu salud física y emocional

Mantener un estilo de vida saludable es clave para la vitalidad sexual después de los 40. El ejercicio regular incrementa los niveles de energía, mejora el estado de ánimo y fortalece la circulación, lo que beneficia la respuesta sexual de ambos miembros de la pareja. No es necesario entrenar como un atleta; bastan actividades moderadas (caminar, nadar, yoga, baile o ejercicios de fuerza) varias veces por semana para notar la diferencia.

La alimentación equilibrada y el control de peso también influyen. El sobrepeso u obesidad pueden asociarse a problemas de salud (como diabetes o hipertensión) que afectan el deseo sexual y el rendimiento. Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas de calidad (pescado, legumbres, carnes magras), grasas saludables (aceite de oliva, nueces) y cereales integrales ayuda a mantener la energía y la salud cardiovascular. Evita fumar y modera el consumo de alcohol, ya que estos hábitos pueden dificultar la circulación sanguínea necesaria para la excitación.

El descanso adecuado es otro pilar esencial. El insomnio o las noches mal dormidas hacen que las personas estén más irritables y cansadas, lo que inevitablemente disminuye el interés por la intimidad. Procura dormir entre 7 y 8 horas diarias y practica técnicas de relajación (respiración profunda, meditación, estiramientos suaves) antes de acostarte. Menos estrés laboral o personal, por ejemplo mediante una mejor organización del tiempo, repercute muy positivamente en el deseo sexual y en la conexión con la pareja.

En resumen, cuando el cuerpo se siente bien y la mente está tranquila, el deseo sexual tiene terreno fértil para florecer. Estos cambios en el estilo de vida suelen mejorar no solo la vida íntima, sino también la calidad de vida en general.

Comunicación abierta con tu pareja

Hablar sobre sexualidad con tu pareja es fundamental en cualquier edad, pero se vuelve aún más importante después de los 40. Las parejas que logran comunicarse de manera honesta sobre sus gustos, fantasías o incluso preocupaciones suelen mantener una conexión más fuerte. Dedica tiempo para conversar sin prisas sobre lo que te gusta en la intimidad y anima a tu pareja a compartir también sus inquietudes. Si sientes alguna molestia física (como sequedad vaginal o dolor durante el acto) menciona lo que sucede y busquen juntos posibles soluciones, como usar más lubricante o cambiar de posición.

La comunicación no tiene que limitarse al dormitorio. Preguntarse mutuamente cómo ha sido el día, qué les alegra o preocupa, crea intimidad emocional y fortalece el vínculo. A veces, pequeños gestos de afecto fuera de la cama (un abrazo inesperado, un mensaje cariñoso al mediodía) facilitan que al llegar la noche ambos se sientan más cerca y con ganas de intimar. Evitar reproches o críticas sobre el desempeño sexual es clave: enfócate en lo que ambos pueden hacer juntos para mejorar la situación.

Renovar la intimidad: creatividad y novedad

Con el paso de los años, es fácil que las parejas caigan en la rutina y hagan el amor en los mismos lugares y siguiendo el mismo patrón. Para mantener la chispa, conviene introducir pequeños cambios. No es necesario planificar cada vez, pero una sorpresa ocasional puede encender la emoción. Por ejemplo, pueden intentar tener relaciones en lugares distintos al dormitorio (como en la sala, en la cocina, o incluso durante un viaje) para romper la monotonía. Organizar una cita nocturna especial con velas y música suave, o darse un baño relajante juntos antes de empezar, también ayuda a encender la pasión.

Explorar nuevas posiciones sexuales, juegos de rol o fantasías compartidas también puede reavivar el interés. Si hace mucho no prueban algún juguete sexual o lubricante especial, ¿por qué no hacerlo juntos? Leer alguna historia erótica o ver juntos una película sensual son formas seguras de avivar la imaginación. Enviar mensajes de texto coquetos o cariñosos a lo largo del día puede crear expectación hasta el momento del encuentro. En definitiva, renovar la intimidad con creatividad mantiene el deseo activo y divertido.

Pequeños gestos de cercanía

Más allá del acto sexual en sí, la cercanía cotidiana alimenta la conexión íntima. El cariño físico diario (besos de buenos días, abrazos al llegar a casa, masajes rápidos) fortalece el vínculo emocional. Además, expresar gratitud y aprecio por las pequeñas cosas que tu pareja hace (por cuidar la casa, apoyar en el trabajo, ser buen padre o madre) genera un ambiente de cariño y respeto que favorece la intimidad. Un elogio o un simple “me encanta cómo me miras” puede hacer mucho por la seguridad y el deseo de ambos.

No subestimes el poder del romance clásico: sorprender con flores, una nota de amor en la almohada o una cena especial de vez en cuando puede romper la rutina y recordarle a ambos que se valoran mutuamente. Estas acciones cotidianas, sumadas a la pasión en la cama, construyen una conexión más profunda y duradera.

Chispa Sexual

Mantener una mentalidad positiva

Es común que algunas personas piensen que con la edad la pasión se desvanece irremediablemente. Sin embargo, los expertos en relaciones advierten que creer en el “declive inevitable” puede convertirse en una profecía autocumplida. En cambio, adoptar la idea de que la pasión puede cultivarse y renovarse en cualquier etapa contribuye a mantener el deseo. Cada pareja es diferente y, aunque el ritmo cambie, esto no quiere decir que tenga que extinguirse.

Piénsalo así: la madurez sexual también trae ventajas. Ambos se conocen mejor, saben qué les gusta y han creado confianza. Muchos estudios señalan que las parejas de mayor edad reportan niveles de satisfacción sexual iguales o superiores a los de cuando eran más jóvenes. Además, en esta etapa suele haber más estabilidad y, una vez que los hijos son adultos, hasta más tiempo para dedicarse mutuamente. Lo importante es enfocarse en las posibilidades: mantener abierto el diálogo, cuidar las actividades compartidas y priorizar la pasión como parte esencial de la relación.

Consejos prácticos para avivar la chispa

A continuación te ofrecemos algunas acciones concretas que puedes incorporar para mantener la pasión viva en tu relación:

  • Mantente activo: El ejercicio regular y una alimentación equilibrada aumentan la energía y la confianza corporal. Cuando te sientes bien físicamente, también mejora tu libido.
  • Evita malos hábitos: Fumar, el exceso de alcohol o el uso de drogas pueden impedir una buena circulación y excitación. Moderarlos ayuda a mantener la respuesta sexual saludable.
  • Reserva tiempo para la pareja: En agendas ocupadas por trabajo y familia, es importante agendar “citas” solo para los dos. Pueden ser desde salir a cenar hasta establecer una noche íntima semanal en casa.
  • Comunica tus deseos: No des nada por sentado. Habla con tu pareja sobre lo que te gustaría probar o cambiar en la intimidad, y escucha sus propuestas. Juntos pueden hacer una lista de fantasías o nuevas actividades para experimentar.
  • Jueguen fuera de la cama: Inyectar pasión no siempre es en el dormitorio. Un abrazo inesperado, acariciarse mientras ven televisión, besos junto al despertador... Estas pequeñas muestras de deseo ayudan a mantener el contacto físico diario.
  • Prueba juguetes y accesorios: El mundo de los juguetes sexuales (vibradores, anillos de excitación, etc.) ofrece muchas opciones seguras para adultos. Usar lencería seductora o disfraces también puede añadir un toque de picardía divertido.
  • Cuida tu imagen: Sentirte atractivo para tu pareja alimenta el deseo. Una ducha, ropa que te haga sentir bien, o dedicar tiempo al autocuidado (corte de pelo, rutina de belleza) da el mensaje de que te importas y valoras la relación.
  • Habla con un profesional: Si la falta de deseo persiste o genera conflicto, no dudes en buscar ayuda. Un terapeuta sexual, ginecólogo, urólogo o psicólogo puede orientar con técnicas específicas, ejercicios o tratamientos médicos adecuados.

Buscar ayuda profesional si es necesario

Si alguna dificultad va más allá de lo que los consejos cotidianos solucionan, está bien acudir a especialistas. Por ejemplo, los médicos de cabecera o urólogos pueden ofrecer exámenes para descartar problemas de salud como diabetes o hipertensión, que afectan la función sexual. Existen tratamientos médicos para síntomas como la sequedad vaginal (cremas de estrógeno o lubricantes) o la disfunción eréctil (pastillas como sildenafil u otros).

También hay terapeutas especializados en sexualidad y parejas. Un profesional en sexología puede ayudar a abordar bloqueos psicológicos (ansiedad de desempeño, estrés laboral que interfiera con el deseo, etc.) o enseñar técnicas de comunicación. La terapia de pareja, incluso enfocada en la intimidad, ofrece un espacio seguro para hablar de fantasías, frustraciones o metas conjuntas.

Recuerda que buscar ayuda es un signo de fortaleza y compromiso con la relación, no un fracaso. Muchas parejas encuentran en la terapia nuevas herramientas para reconectar y enriquecerse sexualmente.

El consejo de Lovegames

Como expertos en salud sexual te damos mun consejo, la sexualidad después de los 40 no tiene por qué decaer. Con una actitud proactiva y cariño mutuo, es posible mantener la chispa viva e incluso descubrir aspectos de la intimidad que quizá antes no habías explorado. Cuidar la salud física, comunicarse con sinceridad, renovar la creatividad en la relación y enfrentar los cambios con apertura son claves para disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria. Recuerda que cada etapa de la vida tiene su belleza, ¡y la pasión puede acompañarte siempre si así lo decides!

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