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Mitos sexuales populares en España

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Desmontando mitos sexuales comunes

«Todos los demás tienen más sexo que yo»

Comparar tu vida sexual con la de los demás es un error muy común, pero totalmente injustificado. No existe una “frecuencia sexual normal” válida para todos: cada pareja es diferente. Lo que importa es la satisfacción de ambos, no la cantidad de encuentros. De hecho, estudios recientes sugieren que en España la media está entre 1 y 3 relaciones sexuales a la semana, una cifra similar a la de otros países europeos. Muchas parejas se sienten felices y conectadas con esa frecuencia. Creer que los demás disfrutan mucho más provoca ansiedad innecesaria. Si a ti y a tu pareja os va bien la frecuencia actual, ¡estáis bien situados!

No olvides que la calidad del sexo es más importante que el número de veces que se practica. En lugar de preocuparte por cifras ideales o por lo que “deben” hacer otros, lo mejor es comunicarse abiertamente con la pareja sobre necesidades y deseos. Cada relación tiene su ritmo propio: lo adecuado es aquello que hace sentir bien a ambos. En resumen, olvidar la comparación con los demás te ayudará a disfrutar más tu sexualidad.

«El sexo debe ser siempre espontáneo»

Muchas personas creen que programar encuentros íntimos es algo antierótico o forzado, pero eso también es un mito. Vivimos con agendas llenas de trabajo, familia y otras responsabilidades, por lo que reservar tiempo para el sexo puede ser muy útil. Planificar un momento especial no elimina la chispa: al contrario, aumenta la expectativa y permite que ambos lleguen relajados y disponibles. Incluso las películas y series sugieren un encuentro “inesperado”, pero en la vida real siempre hay alguien que propone la idea.

Además, tener sexo sólo cuando parece “aparentemente espontáneo” puede llevar a situaciones incómodas (estar cansados o apurados). Establecer una cita erótica en la agenda no es nada negativo: así la pareja se asegura un espacio íntimo libre de interrupciones. Lo esencial es mantener una actitud abierta: planificar no debe ser obligación sino un acuerdo mutuo para potenciar la conexión. Al fin y al cabo, programamos todo lo demás en la vida (un viaje, el gimnasio, una cena), ¿por qué no el sexo?

Mitos Sexuales

«Sólo se considera sexo la penetración»

Este mito subestima la enorme variedad de prácticas sexuales que existen. El sexo no es sólo coito; es cualquier conducta íntima con la que se busca placer erótico. Esto incluye besos, caricias, sexo oral, masturbación mutua, uso de juguetes eróticos, masajes sensuales y mucho más. Cada cuerpo responde a diferentes estímulos: por ejemplo, muchas mujeres logran el orgasmo con la estimulación del clítoris o mediante sexo oral, sin penetración. Limitar la definición de “sexo” al acto genital supone caer en un coitocentrismo que empobrece la experiencia erótica.

Imagina la sexualidad como un menú con muchos platos: la penetración es sólo uno de ellos, y puede ser muy placentero, pero existen innumerables fuentes de placer. Explorar esas variantes con la pareja fortalece la intimidad y puede romper la rutina. En definitiva, pensar que sin penetración no hay sexo es un mito perjudicial: el verdadero sexo consiste en disfrutar y conectar con la otra persona, de la forma que prefieran ambos.

«Los hombres siempre quieren más sexo que las mujeres»

Esta creencia está muy arraigada, pero no refleja la realidad de forma general. Es cierto que la testosterona influye en el deseo sexual, pero tanto hombres como mujeres producen ambas hormonas (en distinta proporción). Cada persona vive altibajos en su libido: hay hombres con menos deseo y mujeres con un apetito sexual alto. El deseo está marcado por factores como la salud, el estrés, el estado de ánimo o las cargas emocionales, no solo por el género.

Lamentablemente, este mito parte de roles sociales anticuados: se asumía que el hombre debía ser el más “apetente” y la mujer pasiva. Nada impide que una mujer tenga tanto deseo como un hombre. De hecho, muchos sexólogos destacan que las diferencias de libido entre géneros son menores de lo que se cree. Lo fundamental es hablar de tus necesidades con la pareja y evitar presiones injustas. Al igual que cualquier otro mito sexual, creer que un sexo “siempre tiene ganas” solo crea culpa y malentendidos en la relación.

«El tamaño del pene importa»

El tamaño del pene es un tema que genera mucha ansiedad, pero la ciencia es clara: no determina la calidad del sexo. La sensibilidad del cuerpo sexual no está únicamente en lo profundo de la vagina o el recto, sino en sus entradas y otras zonas erógenas (como el clítoris o la zona perineal). Por eso, un pene de tamaño medio o incluso pequeño puede proporcionar tanto placer como uno más grande. Lo que sí influye es la técnica, la confianza y la estimulación adecuada.

En la práctica, lo importante es la comodidad y el erotismo que se genere con la pareja. Existen alternativas para experimentar: por ejemplo, los juegos con juguetes (vibradores, consoladores, anillos) complementan cualquier tamaño. Además, la comunicación sobre lo que a cada uno le gusta es clave. Así que olvida la presión de la pornografía o los clichés populares: un pene de tamaño normal puede ser perfectamente satisfactorio si se utiliza con cariño, creatividad y atención al placer mutuo.

«Durante el embarazo no se puede tener sexo»

Mucha gente cree que la llegada de un embarazo obliga a abstenerse, pero salvo indicación médica específica, esto es falso. En un embarazo sano, el feto está bien protegido (por el líquido amniótico y el cuello uterino) y el sexo no lo perjudica. De hecho, en muchos casos el deseo aumenta por los cambios hormonales. La penetración suave con posiciones cómodas suele ser perfectamente segura, siempre respetando las indicaciones del ginecólogo en cada etapa.

Por supuesto, cada embarazo es único. Algunos obstetras recomiendan precaución o abstinencia ante riesgos concretos (amenaza de aborto, placenta previa, pérdidas, etc.). Pero en condiciones normales, el sexo durante el embarazo puede mantener la intimidad de la pareja y aliviar tensiones físicas. En resumen, el sexo en el embarazo no es un tabú: escuchar al cuerpo, usar lubricante si es necesario y adaptar las posiciones (por ejemplo, evitando acostarse boca arriba en etapas avanzadas) permiten disfrutar la sexualidad sin miedo.

«Con la edad o con los hijos se acaba la sexualidad»

La idea de que tener más años o convertirse en madre/padre marca el final del sexo es otra de las creencias equivocadas. Con la edad pueden surgir cambios fisiológicos (como menor lubricación vaginal o erecciones más lentas), pero eso no significa perder el deseo. Muchas personas mayores siguen teniendo una vida sexual activa y satisfactoria. La clave está en la comunicación y la adaptación: por ejemplo, el uso de lubricantes puede resolver la sequedad que aparece con la menopausia, y adoptar posturas cómodas puede ayudar si alguno experimenta molestias.

En cuanto a los hijos, es cierto que demandan tiempo y energía, lo que puede reducir la frecuencia de los encuentros. Sin embargo, no significa que se extinga el deseo. A menudo las parejas con niños pequeños tienen que ser más creativas (reservando momentos de intimidad cuando los hijos duermen, por ejemplo). Un pasito a la vez: la llegada de los hijos cambia la dinámica, pero con planificación y voluntad es posible mantener viva la llama sexual. En conclusión, ni la edad ni la maternidad/paternidad anulan la sexualidad; solo requieren reajustes y comprensión mutua.

Mitos Sexuales

«La masturbación causa problemas de salud»

La masturbación es una práctica completamente normal y saludable, pero sobre ella circulan mitos absurdos. Algunos creen que masturbarse provoca efectos físicos negativos (como quedarse ciego o infértil) o emocionales (que indica un problema en la pareja). Nada de eso es cierto. La masturbación permite liberar tensiones, conocer mejor el propio cuerpo y prepararse para el sexo en pareja. Además, tiene beneficios comprobados: libera endorfinas y hormonas de bienestar que reducen el estrés y mejoran el ánimo.

No solo es inofensiva, sino que en muchos casos enriquece la vida sexual. Los expertos señalan que practicar la masturbación con juguetes eróticos (en solitario o en pareja) puede aumentar la sensibilidad y ayudar a disfrutar más de los orgasmos luego. Tampoco es cierto que al estar en pareja uno deba renunciar a ella; de hecho, la masturbación en pareja (mutua o individual, con permiso) puede ser parte del juego sexual. En resumen, la masturbación no solo no daña, sino que es una parte válida y beneficiosa de la sexualidad humana.

«Los juguetes sexuales son solo para personas sin pareja o insatisfechas»

Hoy en día, esta creencia es completamente errónea. Cada vez más parejas usan juguetes eróticos como complemento de su vida íntima, y también personas solteras los emplean para explorarse. Los juguetes sexuales no reemplazan a tu pareja; al contrario, pueden añadir diversión y novedad. Por ejemplo, incorporar un vibrador o un dildo puede ayudar a estimular zonas poco atendidas, encender la excitación o compartir una experiencia diferente. No hay nada de malo en ello: es simplemente una forma de variar el repertorio y conocer mejor los propios puntos de placer.

La idea de que quien usa juguetes es “raro” o “infiel” es injusta. Los sexólogos recomiendan estos accesorios para mejorar la comunicación de deseos en la pareja. Además, la mayoría de juguetes del mercado están fabricados con materiales seguros e hipoalergénicos, y su uso responsable no causa ningún daño. Usarlos requiere solo de limpieza y, a veces, lubricante adecuado —de hecho, el lubricante es muy común para hacer las experiencias más placenteras, tanto en sexo vaginal como anal—. En definitiva, los juguetes sexuales son herramientas de placer accesibles a todos: tómense como una invitación a explorar, no como algo negativo.

Nuestro consejo final para ti

Desde Lovegames te recomendamos que la información es la mejor herramienta para disfrutar de una vida sexual plena. Como has visto, muchos de los mitos populares (sobre frecuencia sexual, roles de género, edad, orgasmo, etc.) carecen de base real. Derribarlos te ayuda a liberarte de inseguridades y a conocer mejor tu cuerpo y tus preferencias. En lugar de aferrarte a falsas creencias, confía en la comunicación con tu pareja y en fuentes de información confiables: la educación sexual abierta y clara es el camino para una experiencia saludable y satisfactoria.

Si te surgen dudas, no dudes en consultarnos. Nuestro personal especializado puede asesorarte sobre productos (como juguetes sexuales o lubricantes ) y resolver preguntas con naturalidad. Recuerda: el sexo no tiene por qué ser motivo de vergüenza. Al romper los tabúes y formarte con datos reales, te preparas para vivir tu sexualidad de forma libre y placentera. ¡Que nada te impida disfrutar de una sexualidad sana y llena de conexión!

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Comentarios

  • Muy bueno me gustaria seguiros
    Por:Samantha Mazon On 07/11/2025
    Valoracion
    5.0

    MUy bueno me he encontrado esto por casualidad, ¿Como os puedo seguir en facebook?

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